Al ubicarse sobre el eje magnético Norte/Sur condensan notablemente esta energía impregnando el área donde se encuentran. Actuan también como aceleradores de la velocidad y la intensidad de las ondas que penetran en su interior, generando un vacío biológico que contribuye a la momificación.
Por otra parte en determinados lugares de la construcción, tal como es el caso de la Cámara del Rey de la gran pirámide de Keops o en el centro de las otras, se produce la mayor concentración de energía; esto favorece notablemente los procesos de desarrollo cerebral interhemisférico y una consecuente elevación en los chakras.
Los mayas, aztecas, chinos, caldeos, egipcios y otros pueblos utilizaban también las pirámides como santuarios sagrados para impartir las enseñanzas a los iniciados y lograr estados de expansión de la conciencia, desarrollo extrasensorial y elevación mental.
Estos monumentos están ubicados en lugares específicos. Los constructores conocían que las pirámides podían neutralizar las alteraciones del campo magnético terrestre siendo ubicadas en lugares de mayor incidencia cósmica.
Al parecer, los monumentos fueron utilizados también como una forma de criogenia. Las pirámides pudieron haber servido a los sacerdotes egipcios como un elemento de conservación de sus cuerpos, ya que, dentro de la cámara del rey, todo se conserva y se momifica en grados notables. Dos científicos rusos lograron volver a la vida a algunos animales luego del congelamiento. Lo mismo ocurre con el esperma congelado que luego es utilizado para la fecundación artificial.
¿Habrían utilizado los egipcios réplicas de pirámides para concentrar energía psicotrónica al igual que lo hacían con semiesferas y conos?
La telekinesia explicaría apropiadamente el misterio de la construcción de las pirámides.
Todo lo relativo a geometría sagrada proviene de los atlantes y a llegado entero hasta nuestros días, en que por la sola visualización de una estructura geométrica es posible encaminar los materiales de construcción a la ejecución del proyecto.
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