
En Texas se encontró un martillo incrustado en una piedra. El lugar principalmente se compone de rocas del cretáceo de entre 75-100.000.000 de años. La piedra se encontraba a la intemperie y solo sobresalía el mango de madera. Abrieron la roca y se vio la cabeza del martillo de hierro. La inusual metalurgia es de un 96% de hierro, 2.6% clorina y 0.74% sulfuro (no carbónico). Los tests de densidad muestran un interior del metal muy puro sin burbujas. La industria moderna no puede producir hierro fundido de esta calidad.
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