Lo que está fuera de lugar es esta versión 'ridícula' del hombre y de la
historia. Está claro que aún la ciencia oficial es una simple adaptación racional de la
versión bíblica, pero laica. Para dejar de vivir entre los vapores y
tinieblas de las mentiras institucionalizadas, y tal vez ser un poco más
ozados (si nó libres), será preciso desenmascarar el argumento ideado
para hacernos, docilmente,
creer.
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